Y ahora si, continuemos con la segunda parte, acá finalmente se acaba la introducción, y nos veremos con el primer capitulo en otra ocasión jaja, enjoy!!!
El viento roza ambos rostros, refrescante y lleno de vida, completamente diferente al del día anterior, que era un viento enfermo y lleno de desolación. Finalmente llegan a un pequeño café; en la fachada puede leerse el nombre Antiguo Caffe, ésta era una cafetería preferida de ambas jóvenes, en él los estudiantes de las universidades cercanas podían relajarse del ajetreo de los días de escuela; saboreando el exquisito aroma del café recién tostado según las antiguas tradiciones. Habían pasado cientos de historias por ese café, fundado desde hacía tres décadas, y sin embargo, a pesar de que otras cafeterías abrían cerca de ahí en poco tiempo cerraban a falta de clientela. El ambiente es ese café era diferente a otros, era acogedor y se sentía la confianza de los dueños.
-Al fin llegamos, ¿Quieres un café negro con canela?- pregunta Tezcatl alegremente.
-Sí, por supuesto.
-Entonces, voy a ordenarlos, espera aquí.
-Mejor voy a buscar una mesa y ahí te espero- contesta divertida Alcira.
-Cierto, cierto, no podemos tomar el café paradas, ¡¿verdad?!- responde Tezcatl dándose un pequeño golpe en la frente divertida
Alcira va y busca una mesa, la cual rápidamente encuentra cerca de una ventana, mientras espera lee el menú del Caffe, y durante un corto tiempo puede percibir el olor de un dulce perfume que no puede identificar, se mete cada vez más en sus pensamientos, tanto que no puede oír nada más que el latir de su corazón, hasta que algo la sacó de sus absortos pensamientos.
-Alcira…Alcira…Aquí esta tu café, ¿Qué pasa? ¿Sigues pensando en tu tía?- pregunta preocupada Tezcatl.
-No, no es eso, bueno, si en parte, quiero decir, es evidente que para ella soy un lastre, pero, no se que hacer ni pensar. Cuando mis padres murieron…
-¡Oh Alcira…!
-…cuando ellos murieron, toda mi vida paso frente a mis ojos…quiero decir, todo lo que soy es por ellos, ellos me enseñaron todo lo que sé… y ahora que se fueron no se que quiero en la vida, la carrera que escogí, fueron los sueños de los tres, y ahora… ya no se que hacer, mis padres me heredaron algo de dinero, pero mi tía me esta insinuando que se los dé para que los administre, y presiento que si hago eso... pues me los quitará, y ese dinero lo habíamos ahorrado para la universidad.- comenta triste y preocupada, tratando de contener el llanto.
-Si, ayer en el funeral, le vi en la cara que no te quiere mucho, ¿por que es eso?
-No lo sé, pero ha sido siempre, mi tía y mi mamá no se llevaban muy bien, y pues yo iba en el paquete.
-Oh si, entiendo.
-Pero ¿sabes? No se como podía no quererla, siempre estaba feliz y era muy hermosa, amaba a mi papá y éramos muy felices- dice con la voz temblorosa- Perdón, no debería llorar- se disculpa, secando sus lágrimas con una toalla de papel.
-Pero eran tus papás, además, estás conmigo, no te preocupes, y… necesitas llorarlos, no debes hacerte la fuerte, eso solo te causará más dolor, si no lloras ahora, más adelante no podrás hacerlo y lo lamentarás.-tranquilizó Tezcatl tratando de reconfortarla.
-¡Lo se, pero duele!- dice Alcira finalmente, rompiendo en un amargo llanto.
-Tranquila, eres fuerte, yo se que podrás superarlo.- culmina Tezcatl, abrazando a su amiga con un gran cariño. Después de un tiempo finalmente Alcira logra sacar todo el dolor que tenía en su corazón, sintiéndose ya más tranquila logra poner su mente en paz, y pensar mejor las cosas.
-Muchas gracias Tezca, en serio me has apoyado mucho en este tiempo, no se que haría sin ti, sabes…- dice con una voz más tranquila mirando tiernamente a Tezcatl con sus profundos ojos verdes.
-Pues… se hace lo que se puede- responde Tezcatl nerviosamente.- ¡Pero estoy segura que lograrías sobrevivir y ser mejor de lo que eres ahora!- termina más animada mientras toma un sorbo de café.
-Pero, ¿Sabes? creo que ya se que haré- dice al fin Alcira con una decidida mirada.
-¿De que?- pregunta Tezcatl con una mirada intrigada, abriendo sus grandes ojos cafés mientras da otro trago a su café.
-Ya se va a acabar el semestre, ya solo falta un mes de clases y creo que debo poner todo en orden, así que me gustaría tomar un semestre mínimo libre- responde Alcira dibujando en la espuma del café.
-¡¿Quieres decir que vas a dejar la escuela?!- reclama Tezcatl, alarmada.
-No, dejarla no, solo decidir que es lo que quiero en mi vida, tal vez irme de mochilera ese tiempo, tengo la camioneta de mis padres, y el dinero que ahorré durante todo este tiempo.
-Este... veo que realmente te has decidido, eso es bueno, quiere decir que ya estás aclarando un poco aunque sea esa revoltura que tienes en la mente así ya no me siento tan culpable por lo que voy a decir, me duele mucho, pero espero que entiendas que no es mi decisión y pues…
-¿Que pasa Tezca, por que balbuceas?-pregunta preocupada Alcira.
-Mira, lo que pasa, y espero que no te preocupes ni te enojes ni te entristezcas, no era mi intención causarte más pena, pero… mi papa recibió una oferta de trabajo en Europa… y nosotros vamos a mudarnos allá terminando el semestre, lo siento, yo me opuse, ofrecí quedarme aquí, pero no se pudo.- termina con un triste murmullo.
-Te vas…a Europa…- balbucea, tratando de asimilarlo todo, mira distraídamente alrededor hasta que finalmente lo logra- Si, te entiendo, no te preocupes, supongo que una parte de mi se entristece, pero otra se alegra, quiero decir, podrás conocer otros lugares, y yo también me hubiera sentido mal si me fuera sin más ni más.
-¿En serio? ¡Muchas gracias!- Responde Tezcatl feliz apresurándose a abrazar a Alcira- pero nos escribiremos, y hablaremos por teléfono, ¿Verdad?- continúa emocionada estrechando cada vez más fuerte a Alcira en sus brazos.
-Tezca… me asfixias… no puedo res…pira…r- alcanza a decir Alcira a punto de desvanecerse.
-Perdón perdón, pero es que estaba tan feliz que no lo pude evitar…- se disculpa Tezcatl regresando a su asiento.
Alcira ríe alegremente y llamada por un extraño sentimiento, voltea hacia la ventana, en donde logra divisar a un grupo de personas que las observaba. Un hombre, un anciano y una mujer, todos vestidos de forma similar; un conjunto café con negro, cubiertos con algo parecido a una gabardina.
-Tezca…mira hacia la ventana…
-¿Qué, que quieres que vea?- responde volviéndose hacia la ventana.
-Esas personas, ¿las ves?, las que están vestidas de café- continúa absorta.
-Si, ¿que tienen?
-Al anciano que esta en el centro, es el que vi en mi sueño de anoche, pero estaba vestido diferente, en mi sueño se veía como algún personaje de alguna película… y ahora es diferente, pero es el mismo, podría jurar que es el de mi sueño.
-Eso es un dêja bu; cuando crees que has visto a alguien pero tú no recuerdas de donde, o quizá lo conociste en una vida pasada.-responde Tezcatl observando a dichas personas.
-Si, tal vez… -responde ensimismada Alcira. Mientras observa a la mujer hablarle al anciano, y al pasar un autobús los tres desaparecen.–¡Desaparecieron!- susurra Alcira sorprendida.
-Bueno, como este mes será el último que pasaremos juntas, creo que deberíamos disfrutarlo al máximo, ir al cine, a fiestas y todo eso, ¡¿no crees?!
-Si, eso es lo que deberíamos hacer, y estoy pensando que ya soy mayor de edad, tengo el dinero, una casa y creo que voy a vivir sola hasta entonces, mi tía nada tiene que ver, no me cuidó cuando era pequeña y no lo voy a permitir ahora que soy adulta, además que puedo rentar la casa mientras estoy fuera, lo cual me ayudaría posteriormente.
-Así se habla, bueno, ¿que te parece si nos vamos a dar una vuelta?-responde Tezcatl con ánimos renovados.
-Si, ahora ya estoy mejor, y creo que ya se esta mejorando todo.
-La vida es como tu la haces… por eso no te preocupes, se que te va a ir bien.
La tarde continuó de una manera amena, ambas jóvenes se divirtieron lo más que pudieron, Alcira pidió a su tía que se marchara y ésta lo hizo, con muy malos modales, ese día siguió a otro, y otro más, todos de una forma tranquila, fueron pasando los días como pasa la arena en un reloj. Sin embargo no todo puede ser perfecto, Alcira tenía sueños constantes con el grupo de personas que había visto ese día en la cafetería, sueños que le generaban incógnitas, que buscaban ser respondidas; todo ocurre en un corto periodo de tiempo, y sin embargo parece demasiado, ella despierta en un bosque, en lo que podría llamarse una aldea, que no es más que un conjunto de cabañas hechas de madera, muy rústico para lo que ella conocía. Era recibida por una joven, la misma que había visto semanas antes en el Caffe, la diferencia era que esta vez estaba vestida de una forma diferente; en esta ocasión portaba una sencilla falda de piel algo desgastada por el constante uso y una blusa larga de algodón, su corto cabello rojo enmarcaba una blanca tez de ojos azules, la mujer de aproximadamente veinte años se acercaba a ella con una alegre sonrisa, y dice ‘Nuestra campeona ha llegado’ o en ocasiones; ‘Ya es tiempo de que vengas’. Esto alarmaba cada vez más a Alcira, quien por el miedo dormía siempre cerca de su mascota. Así una y otra vez venían los sueños, haciendo que se asustara cada vez más, hasta que finalmente una mañana en la escuela…
-¡Hola Alcira buenos días!- saluda animadamente Tezcatl a Alcira que recién iba entrando al salón de clases.
-Tezca, tengo que hablar contigo…-responde angustiada esta última.
-¿Qué ocurre?-responde esta aún más angustiada.
-Es que estoy algo preocupada, mira lo que pasa es que he tenido sueños, con las personas que vimos aquel día en el Caffe, ellos dicen que soy su campeona, y pues si hubiera sido solo una o dos veces no me preocupo, pero ya van semanas con diferentes variantes del mismo sueño, y lo peor es que hoy desperté con esto- comenta Alcira a Tezcatl mostrándole una extraña piedra negra, con un bello grabado antiguo.
-Que bonita piedra, ¿De donde la sacaste?- pregunta Tezcatl tomando la piedra.
-Ese es el caso, no lo sé, hoy desperté en la madrugada por que Alphonse me estaba lamiendo la mano, y ahí estaba, yo solo la soñé, soñé que la mujer de la que antes te había contado me lo daba, y me decía algo que no pude entender muy bien, algo como para contacto o algo así… ¿Tu que crees que sea?-pregunta Alcira con ojos suplicantes.
-No lo sé, nunca había visto algo como esto- responde Tezcatl preocupada -¿pero que te parece si se lo llevo a mi abuela?, quizá ella lo conozca, además ella sabe mucho más que yo- añade tratando de animar a Alcira.
-Si, estaría bien…
El día transcurre normal, y cada vez más rápido para ambas muchachas, a las que solo les quedan unos pocos días antes de separarse, posiblemente para siempre. Al término de las clases, ambas se dirigen hacia una vieja casa en la que vivía la abuela de Tezcatl, tocan a la puerta y las atiende una mujer mayor, de largo cabello blanco y que a pesar de la edad que aparentaba, poseía gran fuerza y vigor. Su cara mostraba una blanca sonrisa y sus ojos centelleaban de vida.
-¡Tez!- exclama la anciana al ver a la joven de cabellos negros.
-¡Hola abue!- responde a su vez esta corriendo a abrazarla.-Te presento a Alcira Tais, ella es la amiga de la que tanto te he hablado- añade jalando a Alcira hacia adentro de la casa.
-Mucho gusto Alcira, es muy grato conocer a los amigos de mi nieta, pero pasen, pasen, no puedo dejar que se queden aquí afuera en el frío de la tarde.-responde la mujer mayor indicando a las chicas el camino hacia la sala de estar.
-Abue… ¿tu conoces este símbolo?- dice al fin Tezcatl sacando la negra piedra de su mochila y entregándosela a su abuela.
-¿De donde has sacado esto mi niña?- responde la abuela mirando maravillada la roca.
-O sea que si la conoces…-musita Tezcatl sorprendida.
-¿De donde es señora? Por favor dígamelo es muy importante…- suplica Alcira con vehemencia.
-Debe serlo, así que al fin es tiempo- replica la mujer.
-¿Qué es abuelita?- Pregunta Tezcatl intrigada.
-No soy yo la que debe decírtelo, eso lo debes averiguar tu, cuanto lo siento Tez, es mejor que tú conserves esta piedra, ya que cuando llegue el momento ustedes serán separadas, y solo con esta piedra podrán comunicarse, y aún eso no puede ser tan seguido como querrían, supongo que ahora yo debo darte la otra parte Alcira- confiesa la abuela abriendo uno de los cajones de sus muebles y sacando otra piedra semejante a la que Alcira poseía- te voy a dar un concejo, y por favor síguelo; cuando llegues a tu casa, prepara una maleta, con mucha ropa y tus cosas de gran valor sentimental, no guardes dinero en ella, ya que no te va a servir a donde irás.
-¿¡A donde iré!? De que habla, yo…
-¿tienes mascotas?- pregunta la mujer ignorando la pregunta.
-S…sí, un perro.-responde Alcira confundida.
-Prepara entonces cosas para él también, necesitarás a alguien conocido a donde vas.
-Por favor, explíqueme, que no estoy entendiendo- suplica Alcira angustiada.
-Abue ¿De que hablas? ¿A donde va a ir?- pregunta Tezcatl del mismo modo.
-Merecen saberlo creo yo; por lo menos una parte, Alcira, debes mantener contigo esta piedra todo el tiempo, procura no salir a lugares lejanos, y cuando el grabado de esta piedra comience a brillar; corre a tu casa, amarra la maleta a ti y abraza a tu perro, por que cuando el grabado brille completamente, irás a reunirte con tu destino, y no importa si lanzas la piedra o la destruyes, cuando el tiempo llegue; tendrás que partir. En este viaje podrás aclarar todas tus dudas y, al final podrás escoger entre continuar en ese lugar tu vida, o regresar aquí como una nueva persona, con todo lo que conlleve. Y por lo que veo, solo te quedan una o dos semanas, así que por favor, no me defraudes.- finalizó la abuelita con una maternal voz, mirando a Alcira con sus centelleantes ojos cafés.
-S..sí, pero yo… es decir, por favor no se preocupe, no la defraudaré-Responde Alcira mirando a Tezcatl, quien contesta a su mirada con una sonrisa.
-Muchas gracias por la ayuda abue, en serio nos ayudó a aclarar dudas, pero debemos irnos, se hace tarde y hay que atar cabos sueltos, vendré la semana próxima a verte, ¡adiós!- responde Tezcatl aproximándose a la puerta.
-Adiós niñas, vayan con cuidado, y buena suerte Alcira.- dice la anciana, viendo cerrarse la puerta de madera- Así que ha llegado el tiempo, la campeona ha llegado, espero que esa chica haga caso a mis concejos…
Así, camino a casa de Alcira surgen más dudas de las que fueron aclaradas.
-Pero, ¿por que tu abuelita no nos dijo todo lo que sabía?- pregunta Alcira con pesar en su voz.
-No lo sé, pero si se que deberías hacer caso a lo que dice, ella nunca se equivoca, y si debemos separarnos, se que será por algo importante, por favor hazle caso a mi abue- responde la joven a su lado con seriedad.
-Entonces, ¿me podrías ayudar a preparar todo?- responde Alcira un poco más confiada.
-Sí por supuesto, además tú no sabes hacer una maleta- reclama en todo de broma Tezcatl.
Llegan a casa de Alcira, y buscan la valija más grande que hay en la casa, empiezan a meter de todo, todo lo que podría ser necesario en un largo viaje, además de retratos familiares y demás cosas, la habitación de Alcira queda casi vacía, sin embargo, ésta ve la maleta con gran expectación, como si en esa valija estuviera su destino mismo. Igualmente preparan todo lo necesario para Alphonse, quien mira desconfiado la roca.
-Todo esta listo, ahora solo falta esperar- finaliza diciendo Tezcatl mirando la roca al igual que Alcira, quien solo asiente con un ligero movimiento de cabeza.
Igual que los otros días, los que siguieron a la visita a la casa de la abuela de Tezcatl pasaron como las cuentas de un rosario en manos de una devota que reza. Tranquilos y rápidos, hasta que una mañana Alcira con gran asombro descubrió que la piedra empezaba a brillar, sin embargo no brillaba completamente, solo resplandecía un fragmento del grabado, asombrada lo mostró a su mejor amiga, quien comprendió de inmediato que el tiempo en que deberían separarse estaba acercándose, y más aún, sabía a que lugar se dirigía su amiga, ya que días después de la visita, volvió a ver a su abuela, quien le explicó todos los detalles de la roca, con la condición de que no debería decirle por ningún motivo a Alcira lo que habían conversado, triste y resignada aceptó, y decidió disfrutar lo más que pudiera el tiempo que estuviera Alcira con ella, lo que hizo los días siguientes a eso, hasta que finalmente cuando ambas estaban viendo una película en casa de Alcira la piedra empezó a brillar a lo más que pudo, Alcira, temerosa pero decidida corrió a su habitación e hizo exactamente lo que le prometió a la anciana semanas antes. Amargamente se despidió de su amiga, la que la había acompañado en las buenas y en las malas y finalmente todo a su alrededor comenzó desvanecerse, o era el miedo lo que la había hecho perder el sentido, eso es algo que quizá nunca sabría, solo pudo oír un susurro, que se despedía de ella, y le deseaba lo mejor, en ese momento entendió que, como le había dicho la mujer, estaba sola en un lugar desconocido.
Y como ya saben, un video, la verdad que me da mucha gracia verlo, me parece muy divertido ^^